Todos los días, incluso hoy, leo que la mitad de la población de Gaza, en Israel, o sea más de un millón de personas, viven dependientes de la ayuda humanitaria de UNRWA. Todos los días desde hace meses, años. Más de la mitad de este millón y pico de personas viven con menos de 1.5€ al día. El resto con apenas tres euros. Lo llaman pobreza extrema y pobreza absoluta.
Por ahora reparten alimentos mientras los fondos de la ayuda no se agoten, cosa que puede ocurrir en menos de un mes. Estos fondos de UNRWA (la agencia de Naciones Unidas para refugiados Palestinos) provienen de donaciones voluntarias y EEUU, uno de los mayores contribuyentes, ha retirado sus fondos el pasado año. Esto y el bloqueo impuesto a Gaza desde 2007 por tierra, mar y arie sumado al aumento del número de personas refugiadas (como las que hace un momento hemos englobado dentro de los denominados pobreza extrema y absoluta) pueden provocar que se queden sin absolutamente nada. Casi como están, pero mucho peor, sin ayuda.
Además en 2014: 1.462 civiles, fueron asesinados por bombardeos/ artillería israelí; incluyendo 551 niños y 299 mujeres. 11.231 palestinos resultaron heridos (3.436 niños y 3.540 mujeres) 10% de los cuales sufre una discapacidad permanente. Más de 1.500 niños quedaron huérfanos.— Raquel Martí (@Raquel_Marti_) 5 de mayo de 2019
Ataques directos a la población civil, sin excluir sanitarios y trabajadores humanitarios. Recordamos ahora para qué servía aquel Derecho Internacional Humanitario sino para poner normas en la Guerra. Todos los principios que se me ocurren están siendo violados, el de distinción entre combatientes y civiles, el de proporcionalidad en una clara ventaja del ejército israelí sobre-armado frente a los tirachinas de piedras palestinas o el de precaución, en fin, que solo hay que ver los resultados.
Raquel Martí, directora de UNRWA en España, informa habitualmente a través de redes sociales, comparte documentos gráficos o artículos de la ONU sobre los ataques y sobre la dedicación de la agencia en Palestina: "Desde el inicio de la Gran Marcha del Retorno del 30 de marzo de 2018 al 31 de marzo de 2019, se han registrado 446 ataques a la atención médica en la Franja de Gaza. Estos ataques han resultado en 4 muertes y 731 heridos entre los trabajadores de salud."
Cuando hay hambre, enfermedades y heridos la salud mental pasa desapercibida para los que no vemos una guerra, vemos una masacre que no acaba, vemos niños que han nacido en medio de piedras y granadas. Si jamás vieron otra vida mejor, ¿para ellos no existe? Pero nosotros sí hemos visto vidas mejores, nuestros sueños, y vidas peores, como las suyas, a través de nuestras pantallas. Esas pantallas que nos muestran que a día de hoy sigue siendo más importante el cumpleaños de Bob Dylan y el final de Juego de Tronos, porque la realidad es mucho más que un juego y en la vida solo interesa jugar.
Cualquier pantalla nos muestra el documental Nacido en Gaza que el reportero de guerra Hernán Zin rodó durante y después de la ofensiva de Israel en la franja de Gaza, año 2014, con un resultado de 507 niños muertos y más de 3.500 heridos. Y tras este documental se fue a Siria.
Gaza. Una mirada a los ojos de la barbarie es otra película (de 20 minutos) de Julio Pérez del Campo y Carles Bover. Una mirada al horror que ni Lars Von Trier podría escenificar. Esto es real. Las palabras que conozco, sea en este u otro idioma, no me alcanzan para expresar la escena final de este documental.
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