En la audio-carta explica cómo a la edad de 14 años los niños de su clase habrán bromeado sobre ella llamándola perra, zorra y puta. Con 21 años sería violada y posteriormente encontraría al amor de su vida con el que casaría y con el que todo se volvería negro. Y por todo ello pedifía un favor: "Papá no dejes que mi hermano llame putas a las chicas, porque no lo son". El ser hombre o mujer, negro o blanco, heterosexual u homosexual, deficiente o intelectual no debería nunca ser motivo de ningún tipo de discriminación social, ni de ningún otro ámbito. La mejor manera de combatirlo o probablemente la más efectiva, tiene la clave en la educación.
El vídeo está disponible en inglés con subtítulos en español.
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